Clasificación: Historia/Anécdota
Autor: Deoxyseia
Estaba completamente apretado en el carro, incluso a pesar de estar sentado (algo normal para un chosicano), había pedido la maleta al señor que estaba parado a mi lado porque era de material duro y me hacia daño en el brazo, aun así su prominente estómago me seguía estrujando, había pasado ya hora y media de viaje y ya estaba hostigado y renegado de la acción de haber preferido sentarme en el haciendo que estaba sobre la rueda a preferir venir parado, tenia las piernas acuclilladas y aparte del par de calambres sufridos en la planta del pie y en la pantorrilla hace media hora y una hora respectivamente ya no sentía mis piernas.
En el carro se oía la música de los Hermanos Yaipén (como no saber el nombre ese grupo si los llevo escuchando hace casi año hasta debajo de las piedras), y comencé por descuido mi observación, una labor oriunda del hombre andino (somos muy perceptivos y silentes pensadores), esta vez observaba los ojos; los míos, estaba seguro, estaban algo rojos y ceñudos, los adultos y ancianos miraban con desgano, desesperanza, miradas idas que no veían nada a través de los vidrios del carro y que demostraban evocación del algún momento no-solitario, los niños y sus vivaces ojos carcomían con lo que observaban, mientras otros dormían, algunos con las bocas abiertas, otros con los ojos semiabiertos y en blanco, soñando, estoy seguro; terminé de ver los ojos de los pasajeros así que continué con el de los viandantes, de los peatones alegres y de los locos callejeros.
En la entrada de Huachipa y con la esperanza de subir más pasajeros (como si fuera esto posible) el carro se paró tercamente a pesar de la luz verde y la bocina de sus enemigos al volante, cabe acotar que ese semáforo tiene un contador descendente en números luminosos.
Miraba a la gente que esperaba su carro en el paradero y a los que comían su papa con huevo frente al centro recreacional (existe esta palabra?) CONAFOVISER, entre ellos estaba una chica vestida elegantemente y de ojos oscurísimos, perfectos y serios, traté de captar su esencia y fui pillado en el acto, ella me miró por dos segundos y luego desvió la mirada hacia su derecha sobre un ficticio centro de atención pero instantáneamente se volvió pensando que ya no la miraba, al ver que seguía viéndola (perdón por la redundancia, pero el título es Ojos) quedó algo sorprendida pero siguió viéndome, yo no me fijé del detalle pues no la veía a ella sino a sus ojos, así nos quedamos viéndonos por cinco segundos más, ella cambiaba poco a poco la expresión de su rostro, al cabo de este tiempo su rostro mostraba alegría y complicidad, me saludo con la cabeza y me sonrió, y cuando lo hizo sus ojos se achinaron y brillaron, habló algo que no alcancé a escuchar por culpa de los Yaipén pero que por la lectura de labios era “hola” y sentí su esencia, su alegría, me sentí intimidado y luego de responderle con una sonrisa fallida desvié ruborizado la mirada hacia el espejo retrovisor del carro, allí capté la envidiosa mirada del conductor que, mientras el cobrador llamaba gente, espectaba toda esa escena, desvié los ojos nuevamente, mis dedos temblaban mientras, con la vista fija a la maleta de mis rodillas, recordaba el saludo y la sonrisa calurosa y confidencial de la mujer que de seguro me seguía viendo. Me sentía apresado por miles de glóbulos oculares y observado hasta en mi más ínfimo ser, podían verme todo, verme los ojos, la sinusitis, los dientes y los zapatos, la pobreza, los pensamientos y los intestinos. Miré el semáforo, la cuenta regresiva estaba en diez, ¡pero que lento pasa el tiempo!, trato de distraerme con las pintas del asiento: “U188sapotal”, “Juan_tu_papi@hotmail.com solo para nenas”, esto es peor, ¡peor! El último segundo es interminable, el motor ya ronronea con la premonitoria carrera entre nuestro chosicano y otro que está al costado en pos de más víctimas, digo, pasajeros, y ¡zas!, el carro arranca y mi incomodidad con él pero no del todo…
Ahora mismo, mientras escribo esta historia, mis dedos siguen temblando sobre el teclado.
3 comentarios:
Estas son las que me encantan!de todo un poco, con escenarios reales, y con bases reales, buena! y romantico como siempre,jeje.
Estas son las que me encantan!de todo un poco, con escenarios reales, y con bases reales, buena! y romantico como siempre,jeje.
Hombre gracias por el comentario!! es la primera que escribo con este tema, espero no parecer un neófito.
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